miércoles, 11 de septiembre de 2013

Mujer Búfalo Blanco, Diosa de la Paz para Siria, para la Humanidad.


Y los tiempos donde el conflicto, el dolor, el hambre, la cara de un niño en un país amenazado de guerra,  los ojos de otro que aun cuando sonríe sabe que algo está mal.   Es el aroma a guerra, es nuevamente un  llamado a la humanidad, un llamado a recordar que solos nadie está,  a recordar que dentro de nosotros mismo la paz y la Diosa esperan nuestro despertar. 
Hoy quiero pienso en Siria, no en Estados Unidos, no en Rusia, en Siria en la medicina que necesita ese pueblo.  En la Diosa  que nos regala balance en nuestras vidas y en el mundo.  
Hoy invoco a la Mujer Búfalo Blanco  (Diosa perteneciente a la cultura Lakota)  su leyenda ha pasado de boca en boca desde hace 2000 años y ella es el centro de muchas prácticas espirituales de muchas naciones nativo-americanas.
Su historia ha sido narrada por los jefes de las tribus y cuenta que en una ocasión, cuando el caos y la disparidad cubrían al mundo y el hambre abrazaba a la tribu Lakota, el jefe envió a dos exploradores en busca de comida y estos dos jóvenes exploradores y guerreros salieron a cazar búfalo.  
Los días pasaron y no encontraban nada, hasta que de repente al llegar a la cima de una colina, vieron a una mujer, vestida de blanco cubierta con la piel de un búfalo, una piel blanca,  decorada de colores maravilloso, portando un paquete grande envuelto en una mano y en la otra un abanico de plumas, sus ojos obscuros y con un brillo que mostraba un gran poder. 
Uno de ellos,  se llenó de deseo por ella, por poseerla y le dijo a su compañero que iría por ella y que si la encontraba placentera la tomaría por esposa, el otro le dijo que lo pensará, ella tenía la apariencia de ser una mujer sagrada, paciente y en espera y que hacer algo brutal no sería muy conveniente.  El hombre ignoró esta advertencia, se acercó a ella con la intención de poseerla, pero conforme llego y extendió sus brazos, una nube obscura los cubrió,  el compañero a la distancia no podía ver más que la nube que cubría los cuerpos;  después de un rato la nube se disipo quedando solo ella, con su belleza, cubierta  de piel de búfalo blanca, parecía flotar y a sus pies, los huesos restantes del primer hombre. 
El segundo explorador, asustado, apunto con su arco y su flecha hacia la mujer,  pero ella le hablo con suavidad invitándolo a acercarse sin temor y le dijo:   “Traigo algo sagrado para tu nación, una enseñanza que traigo para la nación de búfalo. Regresa al campamento y dile a la gente que se prepare para mi llegada, dile a tu jefe que haga una casa de medicina (tipi)   con 24 palos, que sea un espacio sagrado para mi llegada. 
El explorador regreso a contar lo que le había sucedido y el jefe ordeno preparar todo para ella, al cuarto día ella se apareció,  vestida en piel de búfalo blanco llevando el paquete entre sus manos y fue recibida y acompañada por el jefe a su tipi.  El jefe la recibió diciendo: “Hermana, nos honra que vengas a instruirnos!
Ella pidió que en el centro de la tipi se creara un altar  (owanka wakan)  hecho de arena roja, con un cráneo de búfalo y un soporte hecho con tres varas para colocar lo que ella traía.   Trajeron todo y ella les mostro como hacerlo, con sus dedos hizo un diseño sobre la arena del altar.  Luego dio una vuelta en el sentido de las manecillas del reloj por toda la tipi y alrededor del altar.  Abrió el paquete que traía,  era chanunpa la pipa sagrada.  La paso por todas las personas, ella agarraba con su mano derecha la vara de la pipa y con la izquierda el vaso donde estaba el tabaco creador del humo sagrado y desde entonces esa es la forma en la que la pipa es compartida con la nación. 
El jefe apenado, le ofrece a la Diosa agua y le explica que no tienen alimentos que ofrecerle, no hay carne, entonces toma un poco de pasto alto y lo humedece en el agua y con ello rocía a la mujer búfalo, quedando a partir de este momento y hasta hoy día se rocía a las personas con agua y pasto para purificarlas.
La mujer empezó sus enseñanzas, les enseño a colocar el tabaco rojo en la pipa,  les enseño a caminar cuatro veces en la casa antes de que el sol se pusiera, como representación del circulo sin final, el camino de la vida.  Coloco un pedazo de hueso de búfalo y encendió el fuego, el fuego sin fin, que será pasado de generación en generación.  Les enseño como orar con las posiciones correctas, les enseño las canciones del llenado de la pipa, como levantarla al cielo,  el abuelo y mostrarla a la tierra la abuela y luego levantarla a las 4 direcciones del universo.  “Con esta pipa sagrada” dijo “caminarán como una oración viviente, sus pies en la tierra y la pipa hacia el cielo su cuerpo forma un puente viviente entre los sagrado inferior y los sagrado superior.  Wakan Tanka (Dios)  nos sonríe, porque ahora somos uno; tierra, cielo, todo ser viviente, los de dos piernas, los de cuatro piernas, los alados, los árboles, los pastos, juntos, todos están relacionados, todos son una familia, la pipa los mantiene unidos.”  Y luego hablo a las mujeres: 
“El trabajo de sus manos y el fruto de sus cuerpos mantienen a la gente viva, Uds. son de la Madre Tierra, lo que ustedes hacen es tan grande como lo que los guerreros hacen.  La pipa une hombres y mujeres en un círculo de amor.”
Cuando termino sus enseñanzas con los hombres, las mujeres y los niños, cuando supieron que a través de sus ceremonias se conectaban con Wakan Tanka, el  gran misterio, ella partió con la promesa de volverlos a ver, mientras se alejaba vieron cómo se transformaba  primero en un búfalo negro, luego café, luego rojizo y finalmente en un búfalo blanco, siendo el búfalo blanco lo más sagrado que uno puede encontrar (las 4 etapas de la vida están en él) a partir de este encuentro,  la nación lakota ha tenido todo lo que necesita, carne para su comida, piel para sus ropas, casa para su refugio y huesos para sus herramientas. 
Ella creo el balance entre los seres y el universo, es el principio sagrado femenino que nos brinda balance en nuestras vidas y en el mundo.  Seamos guerreros espirituales, tomemos los aspectos importantes del poder de la sabiduría femenina y usémoslos para encontrar paz dentro de nosotras y afuera de nosotras también.  En balance podemos dirigir el curso de nuestra historia.  Que el hombre recuerde caminar como una oración viviente, que recordemos que estamos unidos, que nuestros rituales nos unan al gran misterio, que chanunpa sea fumada en el mundo y que la Mujer Búfalo Blanco se haga presente en la humanidad y cubra a los seres de Siria que como el segundo guerrero, el hombre distinga lo sagrado de lo irreal.