Algunas, sino muchas veces pensamos que si no tenemos la escoba no podemos volar, para muchas brujas en siglos pasados y para shamanes y brujas mas modernas se puede volar lejos, muy lejos, mirar lo que esta pasando y encestar un golpe al enemigo volando... aun cuando el cuerpo no vaya en el vuelo. Se sabe la mezcla de hierbas y plantas; belladona entre otras, alucinógenas que ofrecían la atropina necesaria que permitía volar aún sin la escoba a las bruja de la antiguedad. Lo cual me hizo reflexionar sobre el poder de nuestra "imaginación" el poder que tiene aquello que visualizamos con la mente en unicidad con nuestro espíritu (corazón y mente en armonía) y que son la herramienta en nosotros con la cual nos conectamos con nuestra divinidad.
Y así viajando entre shamanes y brujas de todos los tiempos, mirando los nuevos senderos que se vislumbran frente a mi, llegue a esta historia que hoy quiero compartirles.
El Rabbi Baal Shem Tov, sintiendo que tiempos desafortunados esperaban a los judíos, fue a un lugar espacial en el bosque en donde encendió un fuego y dijo una oración especial para que el infortunio fuera alejado.
Tiempo después su discípulo, el Magid de Mezritch, también advirtió que la calamidad amenazaba a su gente; fue al mismo sitio en el bosque y rezó, “Maestro del Universo, No sé cómo encender el fuego, pero aún puedo decir la oración. El infortunio nuevamente fue desviado.
Paso mucho tiempo y la catástrofe se cernía nuevamente; ahora el Rabbi Moshe-Leib de Savov fue hacia el bosque y dijo: “No sé cómo encender el fuego y no se la oración, pero conozco el lugar y eso debe ser suficiente” y así fue.
Con el tiempo le toco al Rabbi Istael de Rizhyn superar el infortunio. El le dijo a Dios; “No puedo encender el fuego, no se la oración y no puedo encontrar el lugar en el bosque, todo lo que puedo hacer es contarla historia y esto debe ser suficiente” Y así fue.
No importa lo que no sabemos, mientras podamos contar la historia bastará.
Bendiciones )0(