Yule, es el festejo del solsticio de invierno, es el día más corto en la rueda del año y la noche más larga, es una celebración antigua nórdica con ese nombre, pero muchos han sido los Dioses a través de la historia del hombre que han elegido el solsticio de invierno para su nacimiento.
Yule es el festejo simbólico del nacimiento de Dios y se festeja que a partir de este momento los días comienzan a ser mas largos, lo que hace de este solsticio el festejo del Año Nuevo, en la Rueda del Año.
Hay muchos elementos paganos en la celebración de este Solsticio, elementos que además se mimetizan de y en otros festejos de invierno, estos festejos tienen en común el Nacimiento de un Dios.
La mayoría de estos Dioses están asociados con el sol o bien con la muerte y el renacimiento, quiero compartirles algunos de los Dioses (no son todos ni quiero decir que son los más importantes, son simplemente los arquetipos que a mí me han llamado en algún momento y de los cuales he recibido aprendizaje, ya sea en sus leyendas o en sus imágenes y simbolismos) que han tenido el Solsticio de Invierno (o los días alrededor de este solsticio 20-24 de diciembre) como su fecha de Nacimiento:
Ra
Cronos
Lugh
Mirthra
Odin
El festejo que se lleva a cabo estos días, ya sea que le llamemos Yule, Solsticio de Invierno, Navidad, es la celebración de la luz que viene, es el calor que nos permite sobrevivir al invierno, el nacimiento del Dios en el que uno cree, es una celebración que nos permite compartir y alejar los sentimientos negativos en nuestros instantes, es una oportunidad de renovación en nuestra fe, cualquiera que esta sea y del inicio un nuevo ciclo, es el momento en que retomamos nuestro poder y ofrecemos bendiciones a nuestros semejantes, dejamos los miedos a un lado y creamos el milagro de la Divinidad manifestándose en nuestro instante.
Pero no solo celebramos durante este tiempo la llegada del Dios, como un niño sagrado, sino a la Diosa convirtiéndose en Madre y preparándose durante este ciclo, para re-iniciar la rueda del año, cuidar del niño mientras crece y volver a ser la doncella que en primavera será seducida por el Dios, ahora joven y fuerte y que florece dándole color a la tierra y que será fecundada para dar paso a que los Dioses renazcan nuevamente del niño que nace en este tiempo.
En cada instante el Dios camina con la Diosa de los mil nombres, representando la semilla del amor que constantemente se transforma, se desdobla para mantener amando y sosteniendo a los todos los seres creados por ellos.
En esta ocasión el solsticio viene acompañado de la elevación de las vibraciones de los seres que habitamos Gaia. El fin de una era y el inicio de otra, durante este solsticio se da la alineación de las energías que han sido ya descargadas y la era comienza brindándonos la oportunidad de elegir una frecuencia más armónica, la frecuencia del amor y dejar atrás las bajas frecuencias del temor.
Un Yule lleno de bendiciones a todos.
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